¿CÓMO ATRAER ALMAS
HACIA LA IGLESIA?
Facilitador: Pastor Anselmo Villafuerte Molina.
Iglesia Cristiana Vida y Paz.
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¿CÓMO ATRAER ALMAS
HACIA LA IGLESIA?
Facilitador: Pastor Anselmo Villafuerte Molina.
Iglesia Cristiana Vida y Paz.
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¿CÓMO ATRAER ALMAS
HACIA LA IGLESIA?
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Nota aclaratoria: Este estudio es original del hermano Pastor Rick Warren tomando referencias de su libro “Iglesia con propósito” y fue apenas retocado en algunos párrafos y he agregado algunos apuntes como comentarios personales y versículos bíblicos para aclaración del lector. Y ha sido elaborado con la única intención de enseñar sobre el tema mencionado a los estudiantes de la Academia de Obreros de mi congregación, nunca con fines de lucro, sino con el fin de extender el Reino de Dios. |
“…Y donde quiera que iba lo seguían multitudes enormes”
Marcos 4:25, (La Biblia al día)
“…Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana”
Marcos 12:37 |
INTRODUCCIÓN
Una de las características impresionantes del ministerio de Jesucristo era que atraía a las almas, a las multitudes, grandes multitudes, enormes multitudes. Eran tan grandes que hasta en ciertas ocasiones llegaron a oprimirlo (Lucas 8:42)
A las personas que tenían hambre y sed de su palabra les encantaba escucharlo y venían corriendo en cantidades a cualquier lugar donde él estuviera, aunque esto significara viajar largas distancias.
Los pasajes de: Mateo 14:13-21, Marcos 6:30-44, Lucas 9:10-17, Juan 6:1-14 expresan tales multitudes al igual que: Mateo 15:32-39 y Marcos 8:1-10, esto solo en relación cuando los alimentó, haciendo los milagros en multiplicar los alimentos.
El ministerio de Jesús tenía una cualidad magnética, es decir, atraía a la gente y la gente lo seguía, por las razones que fueran, pero lo seguían de buena gana.
Un ministerio parecido al de Cristo todavía atrae a las almas y a las multitudes, sin hacer tanto sacrificio, tanto esfuerzo, tantos eventos, tanta bulla, tanto truco. Solo hacer lo que Cristo hizo.
SABER TRATAR A LA GENTE EN LA FORMA QUE CRISTO LO HIZO. |
¿Qué atraía a grandes multitudes al ministerio de Jesús? Él hizo tres cosas importantes en la gente. Solo tres cosas:
1- Los amó, demostrándoles compasión. (Mateo 9:36)
2- Determinó satisfacer sus necesidades. (Mateo 15:30, Lucas 6:17-18, Juan 6:2)
3- Les enseñó con pasión la Palabra de maneras prácticas e interesantes.
(Mateo 13:34, Marcos 10:1; 12:37)
Estos mismos tres ingredientes atraen a la gente en multitudes traídas a la Iglesia en el día de hoy.
A continuación estudiaremos de manera práctica y sencilla estas tres grandes verdades.
DESARROLLO
I- JESÚS AMABA A LA GENTE.
Jesús amaba a los perdidos y le gustaba pasar tiempo con ellos y esto era lo que casualmente hacia crecer las multitudes que los seguían.
Jesús asistía a sus fiestas y lo llamaban “amigos de los pecadores” (Lucas 7:34) Era cuestionado por los lideres “santos y religiosos” pero a Jesús eso no le importaba, él venía a salvar a pecadores y no a justos.
La gente podía sentir que ha Jesús le encantaba estar con ellos. Él lo expresaba con sus gestos, emociones, palabras y acciones. El amaba a todos y a todos recibía, inclusive los niños pequeños querían estar cerca de él, lo cual dice muchísimo de qué clase de persona era. Los niños parecen inclinarse instintivamente hacia las personas amorosas que los aceptan.
¿Qué clase de persona es usted? ¿Le gusta estar entre la gente, ama la gente, ama a todos o solo a los que son llevaderos? ¿Huye la gente de usted? ¿Qué concepto tiene usted de la gente? ¿Le importa la gente? ¿Ama a los niños o solo a los jóvenes o ancianos o huye usted de la gente? O es usted de ese tipo de creyente que dice en relación a la gente: “Cada uno en su casa y Dios en la de todos” “Yo no busco a nadie, que nadie me busque a mí” “Yo respeto para que me respeten” “Si me hablan, les hablo”.
Creo personalmente que cuando opinamos así, estamos muy lejos del verdadero amor por los demás.
A- AMANDO A LA GENTE COMO LOS AMABA JESÚS.
Amar a la gente y en especial a los incrédulos como lo hizo Jesús, es la llave para el crecimiento de la iglesia, el crecimiento de tu célula de evangelismo, crecimiento familiar o del grupo de alcance (G.A.L)
Sin embargo, este principio de amar a la gente es el que más se pasa por alto en la gran mayoría de las congregaciones en la que de todo se hace y se expresa, menos en la expresión de amar a la gente.
Si no tenemos en el corazón la práctica de Jesús por la gente, por los perdidos e incrédulos, jamás podremos hacer los sacrificios necesarios para alcanzarlos, de ahí es que a muchos les cuesta ganar almas, ya que no hay esfuerzo ni sacrificio por ellos, no hay amor, no hay pasión.
El mandato de amar es el que más se repite en el Nuevo Testamento, aparece por lo menos cincuenta veces. Si no amamos a la gente nada más importa.
“El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”
(I Juan 4:8) |
Muchas congregaciones se están muriendo porque si aman, solo lo hacen hacia adentro, es decir, se expresan el amor entre ellos, entre los mismo creyentes, el amor esta canalizado hacia adentro y no hacia afuera, tal comunión se ha vuelto tan cerrada que las personas nuevas no pueden romper ese círculo y ser vistas con amor. No atraen a los incrédulos que llegan porque sencillamente no sienten nada por ellos. No los aman.
El amor es lo que mueve al creyente a hablar a otros de Jesucristo y esto es lo que se conoce como “evangelización”, y la evangelización es la sangre que fluye en una congregación que cada día crece en todo y es prosperada. Evangelismo es vida. Lo que está vivo crece, se desarrolla, madura y se reproduce. Lo que esta estéril o muerto se estanca o desaparece.
Es por eso que cuando una iglesia no crece y permanece estancada, un ministerio o grupo de alcance, eso puede estar demostrando que están muy contentos en amarse solo entre ellos sin importar la gente de afuera. Por eso no salen a buscarlos para expresarles el mensaje de salvación por medio de Cristo.
En realidad se ha comprobado, que en una ciudad en donde viven miles de personas, si una iglesia se ha mantenido con cincuenta o menos personas en diez años establecida, pueda que no ama a la gente tanto como para salir a buscarlas.
La verdadera razón por la cual muchas iglesias no crecen en miembros ni prosperan en nada es porque no desean una multitud, no la quieren. No les gusta relacionarse con los incrédulos, especialmente con aquellos que son revoltosos y carnales, mundanos y de costumbres perversas que llegan a los cultos vestidos a la moda del mundo o bien, como quieren. Para muchos la iglesia no es para este tipo de personas. Esta clase de egoísmo impide que la iglesia crezca.
En una iglesia pudiera existir buena Palabra de Dios, buena música, buenos modales entre los creyentes, buenos eventos y programas, en fin, pero si no hay amor por los incrédulos que llegan y por los que nunca llegarán; tal iglesia sería una más del montón que están solo sobreviviendo parecido a un club social en donde los mismos creyentes se llegan solo a entretener en eventos e inventos de todo tipo.
Hay que tener amor por toda la gente tanto de adentro como los de afuera, amor entre nosotros y hacia los inconversos, amor por la gente nueva que llega, amor por las visitas, hay que demostrarles el amor que sentimos por ellos con sonrisas, abrazos, gestos llenos de alegría, palabras llenas de vida y de entusiasmo, motivación y cariño.
Existe un mito que dice que las iglesias grandes son frías en el trato con los demás por existir tanta gente y en cambio las “iglesias pequeñas” son llenas de calidez y amor, esto es un mito en cuanto a las iglesias grandes y un concepto equivocado a las iglesias pequeñas. Ya que el tamaño de una iglesia no tiene nada que ver con el amor o la amistad.
La razón por la que algunas iglesias permanecen pequeñas es porque no son amorosas.
EL AMOR ATRAE A LA GENTE COMO UN PODEROSO IMÁN.
LA FALTA DE AMOR EMPUJA A LA GENTE HACIA AFUERA. |
¿A cuántos hemos empujado hacia afuera por nuestra falta de amor en la iglesia? Metamos a la gente que se puede hacia adentro a través del don del amor. Aprendamos del Gran Maestro y Señor Jesús.
B- CREANDO UNA ATMÓSFERA DE ACEPTACIÓN.
Las plantas necesitan el clima apropiado para crecer y lo mismo sucede con las iglesias.
El clima apropiado para el crecimiento de la iglesia es una ATMÓSFERA DE ACEPTACIÓN Y AMOR.
Las iglesias que crecen aman, las iglesias que aman crecen. Este principio es pasado por alto, pero en realidad para que tu grupo de alcance crezca y la iglesia crezca:
¡SE DEBE SER AGRADABLE CON LA GENTE CUANDO VIENEN POR PRIMERA VEZ! |
Una de las tantas razones del porque mucha gente de la comunidad no visita la iglesia, es porque los miembros de la iglesia no son amigables con las visitas. Parecieran que las visitas no encajan, se sienten extrañas como seres de otro planeta y los miembros apenas medio los saludan y nada más, o más bien, ni siquiera se les dan importancia.
Mucho antes de que el pastor empiece a predicar, tales visitas ya están decidiendo en su corazón no volver jamás.
Para lograr que la gente acuda por primera vez a la iglesia continúe, hay que impactarla. Hay que impactar al visitante expresándole el amor de una manera práctica, es decir, interesándose por ella, por el joven, por el niño, por el anciano. Así que, salude a todos no se “clave” en su silla con cara de afligido, sonría, levántese y ofrezca a la visita una gran sonrisa, una palabra de bienvenida llena de gozo, aliente a la gente, exprese que en el lugar que usted se congrega es un lugar muy especial y en donde está la presencia de Dios y que esa presencia esta en usted. De seguro volverán.
Es posible que la iglesia sienta verdadera compasión por los perdidos y por toda la gente, pero quizás esa compasión no se esté expresando de tal manera que los perdidos la comprendan.
Debemos actuar sinceramente y con toda la buena intención al expresar amor a las visitas y hacia aquellos que no conocen a Cristo. Debes dar lo que tienes. No puedes dar lo que no tienes. De ahí que muchos nos son cariñosos con los visitantes, ni se preocupan y si lo hacen todo es por puro cumplimento.
Cash Luna dijo: “Después de Dios, lo más importante son las personas”
El amor es más que un sentimiento. Significa ser sensibles a todas las necesidades de aquellos que acuden a nuestra iglesia y fuera de ella y poniéndolos antes que a nosotros mismos.
No espere entonces sentir para ser amable, atento y servicial con la gente que llega al culto, adopte un estilo de vida al igual que Jesús y forme un comportamiento genuino y verdadero. Y sea el primero en llegar a la iglesia y empiece a saludar y a expresar el amor de Dios a la gente que viene afligida, enferma, con problemas; pero que al encontrarse con usted, con una mirada llena de amor y aceptación, que abraza, que da la bienvenida, que irradia gozo, paz y felicidad y que gestiona palabras de bendición y de vida. ¡DE SEGURO EL MILAGRO DE DIOS YA SE ESTARÁ EFECTUANDO EN ESAS VIDAS DESDE ANTES QUE EL SERMÓN DEL PASTOR COMIENCE! Y volverán otra vez para quedarse.
C- LOS LÍDERES DEBEN SER AMOROSOS.
Los líderes de una iglesia empezando por los pastores son los que establecen el tono y la atmósfera de la congregación. Si usted es un servidor de su congregación y desea conocer cuál es el grado de amor en su iglesia, póngase usted mismo el termómetro en su propia boca.
La falta de amor, tanto como la de sus pastores como la de sus líderes es la principal razón por la cual la Iglesia no está creciendo.
El comportamiento frío y a su falta de amor personal del liderazgo en una congregación, virtualmente garantizan que las visitas no volverán otra vez.
Muchos líderes aman estar entre la gente, llamando la atención a sí mismos entre ellos y ser estrellas innovadoras, pero no aman a la gente. Les encanta predicar o enseñar a la gente solo desde los altares o púlpitos. Son solo “servidores” de plataformas en donde no tienen ni pizca de amor por la gente.
¿Amas a las personas que llegan a la iglesia, a los perdidos, a los que tienes a tu cuidado, a los que ministras? Ese es un asunto mucho más importante.
“Si yo hablase lenguas humanas y angelicales y no tengo amor; vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe” (1 Corintios 13:1)
A los ojos de Dios, todo lo que hagamos para los demás, sin amor, no es más que puro ruido y espuma. Solo truenos y nada de lluvia. Solo paja y nada de alimento. Si usted es amoroso con la gente, la gente lo amara a usted, ellos lo escucharán a usted. Si a usted no le gusta la gente, la gente lo ignorará a usted, no le prestarán atención a usted ni a lo que predica. Tenemos que aprender a llegar a ser “queribles” es decir, ser amados por la gente. ¿Cómo se logra? Es sencillo: Ame a la gente. Cuando la gente sabe que los amamos, querrán estar cerca de nosotros y ser como nosotros.
Ser amoroso es sencillo, no cuesta, el problema es cuando no me intereso por la gente ya que no he sido sanado en mi interior. Se es libre cuando acepto el amor de Dios y conozco la verdad.
Veamos algunas maneras prácticas en las cuales los líderes y pastores pueden demostrar su amor a la gente.
1. Memorice los nombres de las personas hasta donde le sea posible |
Recordar los nombres demuestra que usted está interesado en la gente. No hay nada que le suene más dulce a una persona que viene a la iglesia por segunda vez que escuchar que lo llamen por su nombre.
Cuando uno se esfuerza por recordar los nombres de las personas, recibe grandes beneficios en las relaciones.
2. Salude a cada uno hasta donde pueda personalmente antes y después del culto |
Sea usted accesible, es decir, llegue a las personas y déjese llevar por las personas. No se esconda, no se “entierre” en su asiento. No sea seco entorno a las personas. No huya para su casa antes de terminar el culto, no olvide que saludar a las personas con trato de amor es también “hablar con Cristo”.
Una de las mejores maneras de impartir amor a la gente es saludar a la mayor cantidad de personas posibles antes de comenzar los preliminares del culto y la predicación, al igual que después del culto.
Lamentablemente hay líderes que son los primeros en salir corriendo para sus casas apenas termina el culto, sin importarles las personas. Y esto si no es que se van antes.
Mézclese en la multitud, hable con la gente, exprésese con dulzura y afecto, pregunta como están y en que puede ayudarles, donde viven y que le pareció el mensaje. Esto les encanta a las visitas, se sienten que son tomados en cuenta.
Cuando hacemos esto demostramos que estamos personalmente interesados por ellos.
Recuerde que hay personas que solo vienen al culto una vez por semana, especialmente los domingos por la mañana, y si usted brilla por su ausencia y a pesar de eso tiene un mal trato con las personas cuando viene usted al culto, es decir, no saluda ni se preocupa por tales personas, no espere ver crecer nada que usted se proponga en relación al servicio de Dios y a los demás.
Estudie el ministerio de Jesús y vera el afecto poderoso que tiene una mirada, una palabra o un toque que se la da a la persona.
Creo firmemente que debemos destacar el contacto corporal ya que esto es un ministerio, se ministra a las personas cuando las tocamos ya sea abrazando, dando apretones de manos, dando palmaditas en su espaldas.
SOBRE TODO APRENDAMOS A DAR MUCHOS ABRAZOS.
Nuestro mundo está lleno de personas solitarias que están sedientas y desesperadas por tan solo un toque abrazo, un apretón de manos, una sonrisa, una palabra de aliento, necesitan la afirmación de un toque de amor
SOBRE TODO APRENDAMOS A DAR MUCHOS ABRAZOS.
Muchos individuos viven solos y el único contacto físico amoroso que pueden tener solo lo tendrán de los miembros y líderes de la iglesia.
Cuando abrases a alguien el domingo por la mañana o en cualquier otra ocasión durante el culto o el grupo de alcance pregúntate ¿hasta cuando les tendrá que durar ese abrazo? Un simple abrazo es alimento de una semana para una persona sufrida.
Uno nunca sabe cuando una palabra tierna o un toque cariñoso podrán marcar una diferencia en el mundo de una persona. Detrás de cada sonrisa existe un dolor oculto que una simple expresión corporal llena de amor puede sanar.
Una de las decisiones más importantes que debe tomar el liderazgo de una iglesia es si desea impresionar a la gente o desea influenciarla. Se puede llegar a impresionar a las personas desde un pulpito enseñando y predicando, desde el grupo de alabanza como músico o cantor, es decir, desde la distancia, pero se necesita estar cerca de la gente para amarla e influenciarla.
La proximidad determina el impacto, debemos ser impresionistas en la proximidad con las personas para que sean influenciadas.
La razón por la cual muchos líderes solo desean impresionar desde la distancia es porque no causan impresión cuando están cerca. De ahí el porqué a muchos solo les gusta brillar como estrellas detrás de un micrófono o instrumento musical sin el compromiso de tratar con la gente como lo hizo el Señor.
Si una iglesia desea atraer una multitud, tanto el pastor, líderes y miembros en general deben actuar CON AMOR HACIA LOS DE AFUERA.
Debemos demostrar la siguiente actitud.
“SI USTED VIENE AQUÍ, NOSOTROS VAMOS A AMARLOS, NO IMPORTA QUIEN SEA, NI COMO SE VEA, NI LO QUE HAYA HECHO, EN ESTE LUGAR VAMOS A AMARLO”. |
¿Podremos llegar a decir esto en nuestra congregación? – No solo decirlo sino que vamos a hacerlo.
CONCLUSIÓN
ACEPTANDO A LA GENTE SIN APROBACIÓN.
Para poder amar a los inconversos incondicionalmente, las personas deben entender la diferencia que existe entre aceptación y aprobación.
Como cristianos, hemos sido llamados a aceptar y a amar a los incrédulos sin que aprobemos su estilo de vida pecaminoso.
Jesús hizo esto cuando mostro su aceptación y amor a la mujer samaritana en el pozo de agua sin probar su vida licenciosa. También comió con Zaqueo sin aprobar su deshonestidad. Y defendió públicamente la dignidad de una mujer sin dejar de lado su pecado.
Debemos aceptar y amar a la gente aunque no estemos de acuerdo con lo malo que hacen, tal como lo hizo el Señor.
Todo buen pescador sabe que algunas veces, para sacar un pez del agua, especialmente uno bien grande y pendenciero que se niega a salir del agua, se le debe aflojar un poco la cuerda de pescar a fin de que no se rompa con tanto ajetreo entre el pez y pescador. Sin uno tira o hala con fuerza el pez lo hará también y es muy posible que la cuerda o caña de pescar se rompa y se quiebre en dos y el pez escapará.
Uno debe trabajar con el pez, permitiéndole que haga de las suyas algunas veces, esto por amor a la cuerda con la cual está pegada al anzuelo en el que está enganchado. Si la cuerda se llegara a romper, se rompió la oportunidad de haberse disfrutado un sabroso banquete.
Se debe aplicar esta técnica cuando de pescar personas se trata, es decir, a inconversos, que cuando los tenemos enganchados en el anzuelo porque han mordido la carnada, es necesario halar y a la vez aflojar un poco la cuerda cuando “revolotean” o se sacuden con fuerza. Hay que saber y manejarlos para poder sacarlos del agua. La pesca es un arte que lleva conocimiento, pasión y paciencia.
No trate de golpear a los peces en la cabeza cuadro brincan y saltan de aquí para allá. De igual forma no golpee en la cabeza a las personas por cada cosa que hacen mal. Fuércelos a entrar al reino con eficacia y sabiduría. No a garrote, podrías golpearte a ti mismo.
Muchos de los pecados y actitudes malas de las personas sin Cristo, de seguro serán tratados una vez que hayan venido a Jesucristo. No podemos esperar que los inconversos actúen como actúan lo ya creyentes hasta que no lo sean.
En 1Corintios 2:14 se nos enseña que es imposible que los incrédulos actúen como los creyentes porque tienen el poder del Espíritu Santo dentro de ellos.
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque par el son locuras y no lo puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”
Las multitudes que seguían a Jesús eran una mezcla de creyentes y no creyentes. Algunos eran seguidores dedicados, otros eran personas que se encontraban en una búsqueda sincera y algunas eran hipócritas y groseros. Pero a Jesús esto no le molestaba. ÉL LOS AMABA A TODOS. Sin importar que hacían y porque lo hacían.
No esperemos que los que asistan a nuestros grupos de alcance o a nuestra congregación siendo inconversos se libere de sus hábitos pecaminosos o que cambien su estilo de vida de la noche a la mañana.
Más bien anímelos a que vengan “tal como están”. La Iglesia es un hospital para los pecadores. Jesús no dijo: “límpiese de sus malas obras y luego los salvaré”. Él lo amó a usted y a mí antes de que nosotros cambiáramos y espera que hagamos lo mismo con los demás.
No existe método, programa o tecnología que pueda reemplazar la falta de amor por los inconversos.
El amor que tenemos hacia Dios y el amor que tenemos hacia los perdidos es lo que nos debería motivar a salir a buscar las almas y atraerlas a la iglesia, para que sean salvos y crezcan en el conocimiento de la Palabra y sirvan a la vez al Señor.
Cuando nuestro corazón se esté enfriando o este frio con respecto a la gente perdida, deberíamos recordarnos del amor de Jesús. Lo que lo retuvo a él en la cruz fue el amor por los perdidos, no los clavos, el abrió sus brazos y dijo: “Esta es la medida de amor hacia los perdidos” “Esta es la medida de amor para ti”
Cuando los cristianos aman a las personas de la manera que Jesús ama, sus grupos de alcance e iglesias se seguro crecerán atrayendo las multitudes.
